Actualidad

VERDE QUE TE QUIERO VERDES

By 10 febrero, 2010diciembre 13th, 2014No Comments

por Guillermo Prein

Leyendo el diario El País de España en su edición de hoy, lunes 8 de febrero de 2010, encontré una noticia que me impactó porque muestra la realidad de un mundo que no duda en cambiar cualquier postura por dinero… y esto tiene mucho que ver con la prédica del domingo pasado y nuestra actitud ante ello.
Algunas veces, nos escandalizamos condenando a personas por su condición sexual o por sus pecados de corte moral en lugar de acercarnos para tenderles la mano que los ayude a salir y, por el otro lado, soportamos e incluso aplaudimos a políticos, comunicadores y religiosos, que en su discurso dicen lo que queremos oír; con mucha moralina defienden lo que nos impusieron como socialmente correcto, pero con sus actos hacen lo contrario…

El estado de California de los EEUU siempre se destaca por ser quien avanza con mayor velocidad del resto de los demás estados de la nación norteamericana. Setecientos mil votantes han firmado un petitorio para que, en la próxima elección de noviembre, se presente un referéndum para legalizar la marihuana para uso recreacional pues, con fines terapéuticos, está permitida en 14 Estados de la Unión El resto de los Estados mira con atención este acontecimiento ya que podría sentar un antecedente para propagar la medida.
Muchos son los detractores del cannabis y muchos quienes enarbolan banderas en su defensa siempre comparándola con el tabaco, argumentando que es menos nociva y, en algunos casos, incluso llegando a extremos de promocionarla por sus efectos terapéuticos; es decir, que produciría mayores beneficios que perjuicios. Todo un tema que genera muchas discusiones.
Hasta aquí, parecería una noticia más de las muchas que existen en las que grupos de la sociedad buscan la legalidad de sus prácticas, pensamientos, subculturas o como se las quiera llamar.

Los grupos conservadores de los EEUU han sido siempre muy contundentes en la negativa de aceptar todo tipo de drogas. Recordemos la famosa “Ley Seca” en la que se perseguía la producción de licores y toda bebida alcohólica. ¿Quién no recuerda al famoso Elliot Ness y sus “Intocables”? Incluso, aunque la marihuana está permitida para uso medicinal en 14 estados, su cultivo, posesión y consumo está penado federalmente. Esto provoca constantes allanamientos de lugares de cultivo con fines medicinales. Pueden cultivarla, poseerla o consumirla mientras que quienes vigilen sean estatales, pero si vienen los federales, todo el mundo va preso… Dicotomías extrañas que reflejan la división en una sociedad.

Sin embargo, la actual crisis económica ha provocado algunas reacciones interesantes.
En el estado gobernado por un duro republicano como Arnold Schwarzenegger, defensor de la pena de muerte, tomaron la calculadora y establecieron que si se gravara con 50 dólares cada onza de marihuana (28,3 gr.), el erario público, muy herido por la actual crisis, recibiría unos 1.000 millones de dólares anuales…
Esto ha hecho que el predicamento de Mike Meno de la Organización Marijuana Policy Project se haya vuelto social y políticamente correcto, al punto que Tom Ammiano, asambleísta estatal californiano, elaboró un proyecto para “Legalizar y gravar la droga”.
Números contundentes: 14.000 millones de dólares anuales cotiza el cannabis cultivado en California y 113.000 millones de dólares se calcula que, anualmente, mueve su mercado en toda la nación. Sumado a los datos de las encuestas que dicen que el 56% de la gente acepta la despenalización, ha llevado a los más férreos legisladores pro-familia a mirar la medida con cierto beneplácito.
El argumento de los efectos positivos de la marihuana y su comparación con el alcohol y el tabaco finalizan las razones para cambiar de principios.
Obvio que nada pesa más que 8.720 millones de dólares que se recaudarían anualmente con la medida.
Evidentemente, la peor droga es el dinero…

Esto no es privativo de los EEUU, pasa en todas las naciones de la tierra, es la época de los tiempos del fin en la que nos toca vivir. Lo que era malo deja de serlo cuando, económicamente, se vuelve productivo.
Prostitución legal o institucional, que en nada dista de la sexual, cuando por una ganancia se cambian valores y se ceden dignidades.

Malaquías impacta por lo actual de su mensaje. Muchos creen que el profeta es el que avala los diezmos y las ofrendas solamente y, aunque en el capítulo 3 habla de ello, en realidad, el tema de Malaquías es la relación de Israel con Dios y el amor al dinero de este pueblo, que lo aleja de su Creador, que como dijera San Pablo, es la raíz de todos los males.

En el capítulo 1, se desenvuelve el gran tema: La fidelidad de Dios y la infidelidad de su pueblo. Él les muestra su actitud: presentaban en el altar pan inmundo (había sido hecho para otro fin y estaba viejo, duro) y animales ciegos, cojos, enfermos… es decir, los despreciados que no costaban dinero…
Pan y animales abandonados, lo peor, sobre todo, lo que no representaba erogación alguna.
Dios les advierte “pensasteis que la mesa de Jehová es despreciable” (1.7b). No fue algo visible, sino íntimo, en la mente: ¡¡¡PENSASTE!!!
No valoraron a Dios (1.12-13).
Dios pesa los corazones y, en el de ellos, gravitaba el dinero más que la relación con Dios.

El capítulo 2, habla de los malos sacerdotes. Dios promete maldecir lo que ellos bendigan, tirando en sus caras el estiércol… La razón: “no decidieron en su corazón honrar a Dios” (2.2).
Otra vez algo íntimo: una decisión de corazón… Se volvieron desleales.
El pacto de vida y paz que Dios hizo con Leví, estos sacerdotes lo destruyeron. (2.5-6)
Legalistas, que sumaron ordenanzas a lo instituido por Dios; religiosos, no espirituales: “haciendo tropezar al pueblo con la Ley” (2.8).
Lo demostraron repudiando a la mujer de su juventud con la que tenían pacto.
Dios dio posibilidad en la ley de anular o romper el pacto marital por medio del divorcio (Deuteronomio 24.1-4).
Sin embargo, ellos le daban carta de repudio (lo que Dios aborrece 2.16).
¿Qué diferencia había entre divorcio y repudio? Con el primero, la mujer se podría volver a casar; con el segundo, no. El primero, era por cualquier motivo indecente (una comida, roncar, mal aliento…); el segundo, sólo por haber engañado sobre la virginidad pre-matrimonial o por adulterio. Finalmente, lo más importante era el padre de la mujer o sus herederos debían reintegrarle al hombre la dote que había abandonado oportunamente al casarse. Por ejemplo, si Jacob hubiera repudiado a Raquel, Labán, su suegro, debía haberle reintegrado 14 años de salarios, es decir 168 sueldos… Todos en un solo pago…
Analízalo bien. En el Antiguo Testamento, Israel era poligámico, como todos los pueblo de Medio Oriente; además, podían dar carta de divorcio, pero lo que ellos querían era el dinero… No les importaba condenar a la mujer a la indigencia, porque su familia no la recibía por su pecado y la sociedad se cerraba para ella.
Impíos con mayúscula….

En el capítulo 3, Dios profetiza la llegada súbita de Juan el Bautista para afinar la plata y el oro y purificarlos. También, advierte el juicio contra los hechiceros, los adúlteros, los que juran mentira, los que defraudan el salario del jornalero, los que abandonan a la viuda y al huérfano… Con lo cual, vemos que estos problemas que aquejan hoy a más de la mitad de la población mundial (casi 4.000 millones de personas) no son nuevos, sino parte de la historia; el ADN espiritual del hombre.

En el capítulo 4, les advierte y profetiza el advenimiento de Juan el Bautista y de Jesús; luego, en su ira, 400 años de silencio, sin profeta que trajera Palabra de Dios, hasta Juán el Bautista con su mensaje: “El hacha está puesta a la raíz de los árboles, arrepentíos”.

Por el 450 a.C., época de don Malaquías, todo análisis de la sociedad israelita nos llevaría a reconocer a un pueblo piadoso, religiosamente intachable, devoto, que hacía todo correctamente: sus sacrificios, sus rituales… Moralmente inmaculados, dueños de un legalismo y religiosidad férreas. Sin embargo, Dios miró sus corazones, pesó sus almas y encontró que en su hipocresía “pensaron” y “decidieron en su corazón” contra Dios, deshonrándolo directamente y avasallando su creación –los hombres y las mujeres–, por avaricia.

Una enseñanza clave para nosotros en estos tiempos difíciles.
Creo que debemos hacer un cóctel de Santiago 2, Isaías 1 y Jeremías 2 y beberlo en forma diaria, preferentemente, en ayunas.
Así, veremos un cambio real en nuestro tiempo, el avivamiento tan mentado e ilusoriamente imaginado y vaticinado por estrellas inaccesibles de púlpitos condecorados.
Será viviendo la Palabra y caminando junto a nuestro pueblo como impactaremos a nuestra generación y las generaciones futuras. Entonces, se cumplirá en nosotros Isaías 60.19-22: “El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.
No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto”.

Para aquellos que sólo quieren someterse a las autoridades malinterpretando la Palabra, pues olvidan que fueron autoridades legalmente constituidas quienes les prohibieron a los apóstoles predicar, orden que fue desobedecida, motivo de la primera persecución, debemos recordarles que nuestras raíces provienen de la clandestinidad revolucionaria y subversiva, perseguida por judíos, romanos y griegos; para aquellos que con una visión religiosa ignoran que nuestro Señor fue a la cruz como malhechor siendo inocente, no doblegándose, ni defendiéndose, es necesario entender que no son esos poderes terrenales los que nos iluminarán. No son esos impíos, ni los medios de comunicación –cómplices y beneficiarios– quienes nos deben aclarar el panorama, somos nosotros quienes debemos marcar el ritmo y guiar el camino, para eso somos la Iglesia, “la esclarecida como el sol”, tal como dice Eclesiastés 6.

Para aquellos que por la conveniencia de ser políticamente correctos, sirven “a” y se sirven “de” esas autoridades, empresarios, poderes económicos y políticos, o directamente a pueblos que disfrutan de un bien pasar por medio de la explotación de otros pueblos, engrosando sus oídos con mensajes santificadores de toda iniquidad, decirles que el libro que menciona Malaquías está abierto, para la dirigencia, los sacerdotes y el pueblo. En él, todo se anota y, aunque la liturgia sea perfecta, Dios ve tus pensamientos y las decisiones de corazón.

Finalmente, el pueblo que desea hacer lo correcto discernirá entre buenos y malos y sabrá a quién seguir como dice en Malaquías 3.18 “Entonces os volveréis y discerniréis entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”.
El discernimiento destruirá el marketing de quienes mucho hablan y poco hacen, buena apariencia y nada más, “sepulcros blanqueados”, como los llamaba Jesús. Sacerdotes que cuando quieran bendecir, vendrá maldición y estiércol impactará sus rostros.

Nosotros, a multiplicarnos, a crecer, llenando nuestros corazones con la misma pasión por las almas que impulsó al Señor. Renuevos de su plantío, gloria suya. A prosperar para bendecir a muchos, arrebatándoles a los impíos las riquezas para hacer aumentar los frutos de nuestra justicia como dice San Pablo a los Corintios en la 2ª carta (9.6-11), que va más allá de la prosperidad, pues saca al que no tiene qué comer (indigente), al que no tiene para producir por no tener semilla (pobreza) llevándolos por un camino de producción y de trabajo, y luego de que Dios les multiplique su desarrollo, “aumentará los frutos de su justicia para ser enriquecidos en todo”. Liberadores de riqueza para dar trabajo al necesitado, un futuro digno a la gente. En síntesis, PAZ y BIEN en plena JUSTICIA.

Dios cuenta contigo para desarrollar esta nueva cultura, la cultura de Jesús, y que ella te enriquezca para que hagas justicia, para que el jornalero no sea defraudado, la viuda y el huérfano sean cuidados y la obra de Dios reciba toda bendición para ejecutar el último y gran avivamiento por medio de una revolución misionera…

Atahualpa Yupanqui dijo algo maravilloso: “Algunos deslumbran, alumbrar es otra cosa”.
Somos la luz, alumbremos…