CORAZONES AMANTES E HÍGADOS COMBATIENTES.

Con un corazón amante y un hígado combatiente atravesamos todos los infiernos que nos propone la realidad, con el anhelo ardiente de alcanzar los paraísos de gozo y felicidad que solo pueden ser paridos por la Justicia inminente.
Revolver la realidad es tarea de la IGLESIA REVOLUCIONARIA, la que con la potencia de la fe, avanza milagro a milagro capturando los territorios desiertos y sufrientes de nuestra sociedad para liberarlos en un festival de prodigios, fruto de victorias de batallas celestes y terrenas.

Con la inmensa ternura militante, ella llega hasta el herido de mil frustraciones, el enfermo desahuciado, el corazón sangrante, el pobre de toda pobreza, los presos de adicciones y errores… todas ellas almas dolientes.
Galopando el destino, rasga tu realidad para dar paso al alegrón de la esperanza.
Un hígado cansado y un corazón desinflado fatigan el ser y tientan a la sumisión.
Se vuelve imprescindible, entonces, herir al silencio cómplice levantando la voz de la salvación… No te rindas, oí atentamente este llamado, grito de la vivencia de miles y miles: “HAY ESPERANZA PARA TU PORVENIR…”  

Cuarenta años de renguera habían condenado a aquel hombre a mendicidad perpetua. Dos pescadores, uno muy joven y el otro no tanto, locos por una pasión inexplicable. se detuvieron ante él, quien al ver su traza vulgar, desfalleció en la esperanza de recibir algo de dinero. Ellos, confirmaron su presunción: “no tenemos oro, ni plata… pero lo que tenemos te damos”. Sin entender lo sucedido, aquel mendigo se hallaba de pie, con su pierna sana y un futuro maravillosamente diferente aguardando ante él.
Así nació la IGLESIA REVOLUCIONARIA, en la puerta de un Templo que no le pertenecía, pues ella tiene destino callejero.

 

CONFRONTACIÓN

La gente se agolpó y 5 mil personas de aquella multitud que oían a Pedro y Juan contar las maravillas de JESÚS, contempladas en aquel conocido tullido ahora sano, creyeron y cambiaron el rumbo de su vida.
No tardaron en llegar los religiosos portadores de la resignación constante y el sufrimiento “salvífico” para poner orden, tratando de espantar toda esperanza que comenzaba a anidar en el corazón del pueblo.
Se llevaron presos a los pescadores, a quienes reconocían del vulgo, que sin ser hombres de letras, respondían con sabiduría. Innegable efecto de haber andado con JESÚS.
Apenas nacida, la IGLESIA REVOLUCIONARIA ya confrontaba densas y blancas humaredas de ilusorias ayudas e intercesiones que nunca se cumplen, porque contraponen macabras intensiones.
Sacando agua del desierto, la IGLESIA REVOLUCIONARIA usa la fe en forma violenta para derrotar a toda pobreza, enfermedad y esclavitud, llenando de gozo y libertad el camino de los pueblos que creyendo abrazan su Evangelio de Amor.
Irresistible pasión, lógica realidad: vidas cambiadas, sueños realizados, dolores superados y la esperanza triunfante brotando como la primavera en medio del invierno más crudo.

 

DENUEDO

Las amenazas del poder religioso no tardaron en intentar amedrentar a aquellos valientes.
Batallas celestes y terrenas que no han dejado de sucederse hasta hoy.
Ellos, con denuedo, desafiaron a la autoridad que les prohibía hablar en nombre de JESÚS y, saliendo en libertad, se unieron a la fiesta popular estallada por el milagro producido que auguraba un cambio en los tiempos y en la realidad.
Aquel JESÚS, de constantes milagros a la orilla del mar, se levantaba ahora en la vida de mujeres y hombres, sus seguidores portadores de corazones amantes e hígados combatientes.
Nada ha cambiado en este nuestro tiempo, hoy más que nunca se hace inevitable la confrontación con denuedo.
La visión de un futuro diferente sumada a la pasión nos impulsa para levantarnos cada día y, así, edificar en el presente pensando en el mañana para lograr una vida diferente.
El coraje y la bravura nos identifica. Con convicción, no cedemos ante las amenazas de la realidad. Resistimos a la humedad, a las editoriales de los medios de la desesperanza y a toda demagogia discursiva.
Aferrados a la fe, solo confiamos en la promesa de JESÚS: “estaré con vosotros todos los días hasta el fin…”.

 

VICTORIA

Los avances de la maldad sistemática han de ser detenidos por los triunfos individuales en cada una de nuestras vidas. Así, envalentonados por las experiencias cercanas y ajenas, nos volvemos briosos combatientes de la verdad que cambia la realidad.
Sumando victoria a victoria, compondremos entre todos un gran collage solidario de milagros y prodigios que cambian la realidad de las comunidades.
Historia renovada, redimida y transformada del pueblo que pone en fuga a la tristeza y la derrota con fuerzas renovadas de constantes esperanzas y alegrías.

Nada es imposible para el portador de la fe combatiente y el denuedo incansable.
Triunfo a triunfo labramos la victoria anhelada.

La Iglesia Revolucionaria se embarra en los problemas del pueblo para liberarlo, entregando a los desterrados una patria de felicidad donde disfruten sus sueños hechos realidad.

No pudieron con ellos, ni tampoco pueden contigo y conmigo, pues somos herederos de la fe de aquellos precursores, que brota de la sangre del CRISTO de los milagros, nuestro protector inseparable.

La Iglesia Revolucionaria usa todos los medios para hacer conocer el mensaje transformador del Evangelio y lucha denodadamente contra las fuerzas de oscuridad que quieren esparcir la miseria.
Ella, contrapone con denuedo por su misión liberando al enfermo, al pobre y al necesitado… Ajena a todo poder institucional, es conocida por sus actos. No se oye de ella en las noticias, ni en la prensa, sino en las calles, los barrios, los hospitales, las escuelas, las fábricas, los mercados, las oficinas y universidades. Sus pies llegan a las cárceles y todo lugar de dolor para derramar su unción de liberación y alegría.
“La fe que produce frutos”, escribe Santiago, el hermano de JESÚS, quien recién creyó en él tras verlo resucitado. No importa cuán lejos hayas andado hasta hoy, es hora de cambiar. Revolucionar tu vida saliendo de abajo para llegar arriba, dejando la derrota para enamorarte de la victoria, y así, dejar que la vida te bese en los labios haciendo estallar en ti el dulce sabor de la esperanza.
Ella, te abrigará al calor del cumplimiento de toda promesa.
Tu historia cambiará por medio de milagros revolucionarios que producen igualdad.
La palabra, la redención y la fe de la IGLESIA REVOLUCIONARIA no hacen acepción de personas… Sumate, te esperamos.

A VIVIR PPP*, PUES TENEMOS MUCHO POR DESCUBRIR.

“La esperanza de los justos es alegría; más la esperanza de los impíos perecerá.”   Proverbios 10.28

*PPP: Pioneros, perseverantes con propósito.
Los acontecimientos bíblicos narrados se encuentran en el libro de los Hecho de los Apóstoles capítulos 3 y 4.