Nuestros próceres, todos libertadores y padres de la Patria, fueron excomulgados por la religión conquistadora y asesina que invadió nuestras tierras americanas.
Liberarnos, fue un hecho de justicia condenado por los religiosos y clérigos de entonces.

Benito Lué y Riega, obispo de Buenos Aires nombrado por el papa Pio VII en 1802, ferviente opositor a la Revolución de Mayo, expresó claramente la postura “santa” durante el Cabildo Abierto, el día 22 de mayo de 1810. Cornelio Saavedra dejó plasmado en un documento las palabras del religioso:
“El señor Obispo fue singularísimo en este voto. Dijo que solamente no había que hacer novedad con el Virrey, sino que aun cuando no quedase parte alguna de España que no estuviese subyugada, los españoles que se encontrasen en las Américas debían tomar y reasumir el mando de ellas; y que este sólo podía venir a manos de los hijos del país cuando ya no hubiese quedado un solo español en él.”

Hoy, la religiosidad ha cambiado y no se ciñe a una religión sino que muchos confluyen bajo las mismas posturas esclavistas. Todos juzgan, todos son poseedores de las llaves del REINO, que pretenden instalar en la tierra, obviamente, bajo su patrocinio… “olvidando” que el Reino de los Cielos es de LOS CIELOS y se instaurará entre nosotros cuando llegue el milenio y luego del juicio del Gran Trono Blanco, en forma definitiva.
Por ahora, solo debemos pedir permanentemente: “venga a nosotros tu Reino”, pues este, como enseñó JESÚS, desde su venida se ha acercado, pero no impera entre los pueblos.

LLEVEMOS A JESÚS A CADA CORAZÓN…
HAGAMOS PATRIA, PREDIQUEMOS EL EVANGELIO.
PREPAREMOS EL CAMINO, HAGAMOS LAS COSAS FÁCILES
PARA QUE TODOS CONOZCAN SU AMOR.
CUMPLAMOS LA TAREA ENCOMENDADA A JUAN EL BAUTISTA.

CUMPLAMOS SU MINISTERIO.

“En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas.
Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado;
Los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios.”
Lucas 3.1-6 (RV1960)

RESISTIENDO A LOS RELIGIOSOS, GENERACIÓN DE VÍBORAS, PREDIQUEMOS AL PUEBLO EL EVANGELIO CLARO, SIMPLE Y PROFUNDO DE JESÚS QUE TRAE SALVACIÓN Y JUSTICIA.

“Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.”
Lucas 3.10-14 (RV1960)

Y HAGÁMOSLO CON PASIÓN,
SIN MEDRAR ESFUERZO ALGUNO.
QUE ESTE SEA EL LEMA QUE NOS IMPULSE.
SIN DESCANSAR SOLO EN LAS PALABRAS,
SINO LUCHANDO PARA QUE LA JUSTICIA LLEGUE A LA PATRIA.
Y TODAS Y TODOS SEAN LIBRADOS DE LA MUERTE, 
QUE TIENE MUCHOS ROSTROS EN NUESTROS DÍAS.

“Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida.
Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte.
Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?
El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras.”
Proverbios 24.10-12 (RV1960)