¿Qué hacer cuando la realidad te golpea duramente generando dolor?
El ejemplo de JESÚS… faro para nosotros en nuestros días.


REALIDAD
La hipocresía genera dolor.
Herodes quería matar a Juan pero no se animaba, sin embargo, dice haberse entristecido cuando Herodías le pidió la cabeza del Bautista. Demagogia, práctica habitual de políticos que mienten con la mentira, convenciendo con su sufrida actitud y compungidas palabras a los desprevenidos que sufrirán las consecuencias.

REACCIÓN
Dolido por la noticia del asesinato de Juan, JESÚS buscó refugio en la soledad subiéndose a la barca, zarpando hacia algún lugar apartado. Cuando el dolor llega, es bueno dejar que salga de nuestra alma, pues retenerlo, derivará en amargura cuyas raíces son nefastas.
El duelo debe durar un tiempo, pero luego, hay que salir de él, comprometidos con la misión que nos ha sido confiada.

La gente se enteró y lo siguió… sus necesidades motivaron la misericordia de JESÚS, quien abandonó su dolor para llevar alegría a la gente: sanidades y milagros llegaron al pueblo.
La alegría de aquellas mujeres, niños y hombres, fue también Su alegría.

CONSECUENCIA
Cuando la luna avisó que la noche llegaba, JESÚS decidió extender la felicidad. Una vez más, los asombró con sus prodigios: con cinco panes y dos peces alimentó a una multitud de cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Cuando las sombras de la noche llegan con necesidades y carencias de la mano, no tengas temor, porque JESÚS está con nosotros y de su mano llegan bienes, milagros, multiplicación y abundancia, por oscura y cerrada que la noche pueda ser.

Los cantos, las risas y la felicidad del pueblo reunido en esas rondas, saciados de comida, sanos y dichosos, fueron el mejor bálsamo para el corazón del Maestro y el mejor homenaje que pudo hacerle a Juan, que en ese momento, en la presencia del Padre, ya disfrutaba viendo la gloria que se derramaba en la tierra. 
Su misión fue abrir camino para la llegada de JESÚS, quien en plenitud y sobreponiéndose a todo dolor, hacía su obra.

JESÚS, una luz en nuestro camino; tal como Él, nosotros debemos hacer. No te dejes vencer, no te estanques en el dolor, no permitas que la necesidad y las sobras te atrapen.
MILAGROS VIENEN EN CAMINO, SALÍ A RECIBIRLOS.

Creo que podemos resumir esta meditación con alguna palabras:
DOLOR, SOLEDAD, COMPASIÓN, MILAGROS Y ABUNDANCIA.


TEXTO BÍBLICO PARA MEDITAR | Mateo 14.5-21 (RVC)
“Herodes quería matarlo, pero tenía miedo porque la gente veía a Juan como un profeta.

En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y tanto agradó esto a Herodes que bajo juramento prometió darle todo lo que ella le pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Entrégame aquí, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.»Esto entristeció mucho al rey, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se le concediera su deseo y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.
Llevaron entonces la cabeza de Juan en un plato, y se la dieron a la muchacha; y ella se la entregó a su madre.

Más tarde, los discípulos de Juan fueron y tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a darle las noticias a Jesús.
Cuando Jesús se enteró, se fue de allí en una barca, a un lugar apartado. Cuando la gente lo supo, lo siguió a pie desde las ciudades. Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos.

Ya anochecía cuando sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Ya es muy tarde, y en este lugar no hay nada. Despide a toda esta gente, para que vayan a las aldeas y compren de comer.»
Jesús les dijo: «No tienen por qué irse. Denles ustedes de comer.» Ellos le dijeron: «Aquí tenemos sólo cinco panes y dos pescados.» Él les dijo: «Tráiganmelos acá.» 
Mandó entonces a la gente que se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo, los partió, y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
Todos comieron, y quedaron satisfechos; y de lo que sobró se recogieron doce cestas llenas. Los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y los niños.”