Interpretaciones placenteras, singularidad peligrosa.

Leer Cantar de los Cantares requiere especial concentración.
Distinguir quién habla en cada momento en fundamental. Cambia el sentido del mensaje según quien entone los versos de amor entre JESÚS y su Iglesia.

“Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles.
Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas.”
Cantar de los Cantares 2.1-2 RVR1960

Llamamos a JESÚS: “lirio de lo valles y la rosa de Sarón”, sin embargo parece no ser esa la descripción que la enamorada Iglesia morena (1) hace del Señor.

Para ayudarnos, algunas traducciones colocan la referencia del intérprete de cada texto:

“Ella:
Soy la flor de los llanos de Sarón, soy la rosa de los valles.
Él:
Mi amada es, entre las mujeres, como una rosa entre los espinos.”
Cantar de los Cantares 2.1-2 DHH

Ser una rosa en Sarón –valle fértil ladero del mar Mediterráneo– o una flor en los valles no parece ser algo único que exalte la grandeza de JESÚS, sino la descripción humilde de quien se considera una más en la majada.

JESÚS corrige esa percepción afirmando: “mi amada es un lirio, entre espinos”.

La diferencia de contexto realza el valor y la belleza de aquel lirio, único por su singularidad en medio de las hirientes y amenazantes púas de los espinos.

Así debemos ser para JESÚS, simples y maravillosos lirios en medio de tantos espinos que pululan en las sociedades de un sistema cada día más perverso. El amor al prójimo y el interés por el bienestar de todos nos vuelve cada día más extraños en este territorio de matas puntiagudas y filosas.

Aunque parece estar resuelto, en mi surgió la pregunta inquieta: ¿habrá mayor contenido en este intercambio de pareceres impregnado de amor?

MIRANDO HACIA DENTRO

Una pregunta llama a la siguiente escarbando en el fondo del alma.
¿Queremos como Iglesia habitar entre espinos? ¿Deseo ser un indefenso lirio entre multitudes de recios, amenazantes y agresivos artos?

Miles son las excusas para argumentar crueles mimetismos con nuestro entorno, sin embargo el concepto dado por JESÚS a los setenta, cuando los envió a predicar y orar por enfermos en su nombre, aclara en forma rotunda el mensaje y sentido:

“Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir.
«Es abundante la cosecha —les dijo—, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo.
¡Vayan ustedes! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven monedero ni bolsa ni sandalias; ni se detengan a saludar a nadie por el camino.”
Lucas 10.1-3 NVI

La tácita seguridad del cuidado divino se percibe solo por fe. Diálogo intenso que no requiere de palabras pues el amor es el vaso comunicante.
Salir sin necesitar de dinero, ropas, ni provisiones. Avanzar obviando distracciones propias del camino, concentrados en la dimensión de la cosecha madura que espera en las plantas, sumado a la escasez de obreros para levantarla, realidades que abruman incitando al clamor: “manda obreros Señor”.

Dejar todo, enfrentando un camino plagado de lobos, es el desafío que prueba nuestra confianza como ovejas.

Ser una rosa entre rosas o un lirio entre lirios es maravilloso. La seguridad del entorno de los pares cobija y da seguridad. Sin embargo JESÚS, conocedor de la flora y fauna de nuestra sociedad, nos envía entre espinos y lobos.

Existe el riesgo de mimetizarse con el entorno o, lo que es peor, buscar un injerto antinatural que deforma nuestra naturaleza, imagen y semejanza.
Cuando la savia del desamor toma contacto con nuestras fibras, distorsiona la esencia divina drenando el amor por quienes sufren. Ponzoña que transforma a quienes infecta y los suma a las pléyades de espinosos chacales depredadores. Inexplicablemente las víctimas –después de ser mediáticamente inoculados– defienden, plagados de argumentos sobre su naturaleza, a los victimarios, ignorando que serán sus próximas presas. Padecen un síndrome de Estocolmo exacerbado: el tallo suave elogia a la espina.

Ser lirios y ovejas desafiando a espinos y lobos es la lógica antisistema en la cual fuimos engendrados: la contracultura de JESÚS (2). Animarnos a ser diferentes venciendo con el bien al mal (3) oponiendo siempre la respuesta redentora.
Por esa lógica celeste los setenta volvieron eufóricos, henchidos de poder al ver que hasta los demonios se sujetaban en el nombre del Cordero (4).

Todo tiene su tiempo; en cada momento debemos entender nuestra función, pues:
“Los pastores asisten al pueblo en sus dolores, los profetas buscan despertarlo”.

Que el lirio sea lirio y la oveja, oveja, condición sine qua non para estos tiempos donde arrecia la injusticia. Para el frío de este mundo nada mejor que el abrigo del cielo.

Los tiempos cambian y el mensaje de JESÚS también.
Haciendo memoria de cuando envió a los setenta, en los momentos finales sus conceptos cambian drásticamente.

“Luego Jesús dijo a todos: Cuando los envié a ustedes sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?
Nada —respondieron.
―Ahora, en cambio, el que tenga un monedero, que lo lleve; así mismo, el que tenga una bolsa. Y el que nada tenga, que venda su manto y compre una espada. Porque les digo que tiene que cumplirse en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los transgresores”. En efecto, lo que se ha escrito de mí se está cumpliendo.
―Mira, Señor —le señalaron los discípulos—, aquí hay dos espadas.
¡Basta! —les contestó.” (5)

Otro mensaje que nos llena de interrogantes, pero este será otro nudo que deberemos desatar. Por ahora, trabajo tenemos: desintoxicarnos de todo aquello que nos una con brutales espinos y renunciar a la comodidad de los rosales y la conveniencia de los valles de lirios.

TEXTOS BÍBLICOS:

(1) LA IGLESIA: MORENA y EXPLOTADA POR SUS HERMANOS
“Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén;
morena como las carpas de Cedar, hermosa como los pabellones de Salmá.
No se fijen en mi tez morena, ni en que el sol me bronceó la piel.
Mis hermanos se enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña descuidé!”
Cantar de los Cantares 1.5-6 (NVI)

(2) NO SOMOS DE ESTE SISTEMA
“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”
Juan 17.15-16 RVR1960

(3) EL AMOR QUE TODO LO VENCE
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”
Romanos 12.21 RVR1960

(4) PODER SOBRE PODER
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Lucas 17.17-20 RVR1960

(5) Lucas 22.35-38 NVI