Muchos cuando en nuestra tierra se producían saqueos de bronce, cobre, hierro de la vía pública, de los tendidos de cables, no dudaron en calificar de forma bastarda a nuestra gente. Esos atropellos, robos inaceptables, eran fruto de la miseria económica y la falta de una identidad …clara. Europa, anhelada por los argentinos, exhibida como un ejemplo de poder económico y de civilización, era expuesta por nuestros comunicadores sociales como el ejemplo a imitar. Las mieles de la abundancia económica neo-liberal pasaron y la historia deja al descubierto que los hombres que no tienen una vida espiritual transformada con principios claros, reaccionan igual ante las mismas circunstancias. Cada día en mi infancia cruzaba el riachuelo que separa la ciudad de Buenos Aires, de mi natal Avellaneda. El espeso y denso líquido negro cubre quien sabe que elementos que yacen en su lecho contaminando todo. Cuando el nivel de agua está alto, cubriendo todo lo podrido y contaminado, los olores son tenues, pero cuando baja el río, queda expuesta toda la mugre interna, y el olor es insoportable. En la humanidad ocurre lo mismo. El hombre necesita de Jesús para que su vida sea limpia y transformada.
EL HOMBRE ES EL HOMBRE