La justicia siempre genera bendición.
Las preguntas de por qué las cosas no salen bien, la razón de las adversidades que sufre un pueblo libre siempre desembarcan en la falta de justicia de su sociedad y, en especial, de quienes deben administrarla.
JESÚS alivia los dolores de las personas y los pueblos que a ÉL claman. Sus milagros restauran corazones y vindican a la gente contra todo poder, por potente que este sea.
Por el contrario, la dureza de corazón genera juicios del cielo en la tierra y, cuando estos llegan, aflora la JUSTICIA.
Los pueblos oprimidos que claman al Salvador reciben como respuesta la liberación…
La Biblia entera narra la historia del camino hacia la libertad.
Atender el consejo de un buen líder, el rey Josafat, es prudente en estos tiempos.
Valga este mensaje como aliento para el pueblo: no debemos abandonar la brecha pero, al mismo tiempo, es advertencia para quienes deben arrepentirse y cambiar de actitud.
2a Crónicas 19.6 y 11c (RVC)
«Tengan cuidado con lo que hacen, pues no imparten justicia de parte de ningún hombre, sino de parte del Señor. Si sus sentencias son justas, él estará con ustedes.
Así que mucho ánimo y a trabajar, que el Señor está con quien hace lo bueno.»