Interesante es el relato de Isaías sobre la caída del enemigo: “llegaste a ser como nosotros”
Solo que Juan en Apocalipsis, en el mensaje del Señor a la Iglesia de Esmirna, aclara que parecemos POBRES pero somos RICOS.
En este juego de apariencias también se encuentran quienes parecen hermanos, pero pertenecen a la “sinagoga de satanás” o “la gran ramera”, como quieras llamarla o identificarlos. Ellos parecen pero no son.
Si estás en dolor y oprimido, seguí firme “como viendo al invisible…”
LA RESISTENCIA DE LA MANO DE JESÚS PRODUCE VICTORIA
VIENE CORONA SOBRE TU VIDA
TEXTOS BÍBLICOS
Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Isaías 14.10-17 RV1960
Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:
Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
Apocalipsis 2.8-11 RV1960