UNA HISTORIA DE AMOR, LIBERTAD E IGUALDAD
Vivimos en una época de profundas grietas; la sociedad se fragmenta ocupando sus trincheras. Más que nunca, necesitamos mirar hacia atrás, buscando en la historia referencias que nos impregnen de paz y permitan formar nuestra conciencia colectiva y personal, para vivir en libertad e igualdad.
María, nuestra heroína, mucho tiene para hablarnos por medio de sus vivencias.
Ella, esclarecida y valiente, tan espiritual y unida al Señor, en pleno imperio del patriarcado, se abrió paso sin pedir permiso. Impulsada por el amor, luchó por la liberación que equipara.
Conquistando derechos y sin ceder identidad, resignificó el ramillete de nardos, símbolo del romanticismo místico, transformándolo en un emblema de la independencia económica, primer y fundamental escalón para acceder a la igualdad.
Ella es la relectura de una página brillante del Evangelio en clave espiritual, social, política, de género, y de todas las que emerjan desde el alma.
Serena, sentada en la puerta de su casa en Betania, María nos espera para evocar aquellos días en los que, con su rostro sin arrugas y su alma risueña, transgredió mandatos culturales y legalismos religiosos con el cómplice amparo de su Maestro, el hijo del carpintero, quien con su intensa labor, asombró y transformó el mundo en solo tres años.
El suspiro de María del Pueblo se volverá sonrisa al verte llegar a su umbral.