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SUDAMÉRICA AVANZA: LAS ASAMBLEAS DE DIOS Y LULA

By 1 octubre, 2010diciembre 13th, 2014No Comments

Por Guillermo Prein

Considerado el hombre de la década y terminando su segundo mandato con el 80% de aprobación popular, el Presidente Lula se consolidó como un indiscutido líder mundial.
Artífice del mayor avance de justicia social en el Brasil: 30 millones de pobres accedieron a la clase media.
Él expresó con lágrimas: “mi anhelo es que todos los brasileños puedan disfrutar de 4 comidas dignas.”

Enojado, se manifestó contra la prensa de su país que tomó posiciones partidistas en la campaña política con mentiras, medias verdades y otras formulas cínicas, manipulando la información, trastornando la verdad para lograr sus objetivos; siempre ligados a intereses económicos.
Ante el ataque de los poderosos medios brasileños a la candidata del PT (Partido de los Trabajadores) Dilma Rousseff, Lula respondió con vehemencia descubriendo a estas 4 familias que manejan la vida de Brasil.

Sabedores de la cantidad de creyentes brasileños (solo las Asambleas de Dios tiene 40 millones de miembros) los medios vertieron una mentira, informando que la candidata había afirmado: “ni Cristo impide mi candidatura…”, buscando influenciar a los cristianos en forma negativa.

El Presidente de las Asambleas de Dios del Brasil y del Consejo Nacional de Pastores de Brasil, Obispo Manoel Ferreira, salió en defensa de la candidata del PT, desacreditando a la prensa y negando aquella sentencia.
Calificó la información divulgada como: “cruel y mentirosa, que permea los medios de comunicación, principalmente la internet, con intención irresponsable de difamar… Es mera ficción y sórdida mentira de parte de esos autores”.

Dilma Rousseff, habiendo participado el 24 de julio en la sede nacional de las Asambleas de Dios en el Brasil de una reunión ante más de 3 mil pastores, de 14 denominaciones evangélicas, firmó un compromiso público de que los temas que incluyen “conceptos de fe y principios ético-religiosos serán siempre de iniciativa del Poder Legislativo y nunca por iniciativa del Poder Ejecutivo”.

En el documento abierto de aquella reunión, los pastores pentecostales manifestaron el apoyo por entender que: “Brasil está en el rumbo cierto, del desarrollo, de la mejoría de vida de las personas, de la valorización de la familia, de los principios éticos cristianos”.

Los grupos responsables de las debacles de los países sudamericanos vuelven a la carga intentando, por medio de la prensa y los medios de comunicación, poner su gente en el poder.

Antes, bastaba con algunas maniobras financieras para desestabilizar a cualquier gobierno generando las condiciones necesarias para el derrocamiento de cualquier mandatario. Hoy, los gobiernos fortalecidos por reservas millonarias y el desendeudamiento de los países, disipan los pretextos de quienes se desesperan en su ambición para hacerse de los capitales de las naciones y los pueblos; para luego explicar cómo lo han hecho históricamente que por circunstancias fortuitas de la macro economía, el país había quebrado, llegando la hora de los “ajustes”, los mismos que hoy paralizan a Europa.
Robando las reservas, solicitaban créditos a tasas de intereses usurarias, que también desviaban hacia sus tesoros, protegidos por la prensa y por el catolicismo que adormecían al pueblo para que mansamente aceptara esas condiciones.
Cuando esto no bastaba, el uso de la fuerza con torturas, muertes y desapariciones, sosegaba todo intento de búsqueda de la verdad.

Sudamérica, con su rol indispensable en el último y gran avivamiento, será la proveedora de recursos humanos y económicos para que las misiones lleguen hasta el último lugar habitado y a todos les sea predicado el evangelio como dice Mateo 24.14.
Años atrás, cuando aquellas profecías rompían las tinieblas, Sudamérica pobre y endeudada, no ofrecía las condiciones para alentar la fe.

Dios siempre elige lo que no es para avergonzar a lo que es.
Hoy, pasado el tiempo y con Su mano creando riquezas constantemente en esta parte de la tierra, con economías emergentes y en medio de trasformaciones no siempre perfectas, la Iglesia debe saber qué rol debe desempeñar, batallando espiritualmente y manifestándose en los momentos en que debe, confrontando la mentira.

Concientes de que las riquezas de nuestra tierra deben ir a mano del pueblo, quien es el amor eterno de Dios y el destinatario de todo creado por Él.
El clamor por la injusticia llegó al cielo y hoy hay respuesta en la tierra.

Es el pueblo quien con su entrega en el altar se consagrará para las misiones. Son ellos los que saldrán a las naciones y, a la vez, los que se quedarán orando y aportando los recursos para que sus hermanos puedan desarrollar la tarea mas allá del horizonte.

Nada debe impedir que estos recursos se desvíen hacia manos impías que mantuvieron a la gente en la miseria, sostenidos por poderes mediáticos y religiosos cómplices y elementos represores contundentes para lograr sus objetivos.

Muchos cristianos influenciados por la doctrina de la obediencia a la autoridad, sucumbieron ante la tiranía, justificando y respaldando a quienes eran sus ejecutores.
Olvidando que nuestro Señor Jesús cuando anduvo en la tierra, vivió bajo el poder de una doble tiranía, la romana y la herodiana.
“Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra.”
San Lucas 13.31-32

El lugar de la Iglesia es estar con la gente.
Nuestro “Reino no es de este mundo”, por lo tanto, no es nuestra función respaldar una idea política, sino velar y batallar espiritualmente para que el pueblo, la gente, viva feliz y en bendición, haciendo que todos conozcan LA VERDAD que los hará LIBRES.

Quizás, sea la hora de despertarnos a la luz del libro de Ester y el accionar de Mardoqueo.
Entender Jeremías, con sus denuncias sociales de raíces espirituales.
Descubrir a Ezequiel, comprendiendo que Dios le dice en el capítulo 13: “hijo de hombre” exponiendo toda su debilidad e incapacidad humana, pero que a su vez le ordena poner “su rostro contra”. Una acción clara, pues será Dios quien intervenga y destruya a “las hijas del pueblo” que cosen “velos mágicos y vendas mágicas para cazar las almas, matando a quien no debe morir y dando vida a quien no debe vivir, mintiendo al pueblo que escucha la mentira”.

Ezequiel, en el capítulo 3 verso 15, nos relata que estuvo atónito sentado con los cautivos de Tel-abib durante 7 días.
Debemos observar al pueblo y entenderlo para ayudarlo a emerger.
Dios sabe que somos hombres débiles, por eso, nos ha dado un rostro como de diamante que parte la piedra para defender al pueblo, guiándolo hacia los pastos y las aguas abundantes.

Celebro la actitud de las Asambleas de Dios de Brasil y la respuesta veloz de quienes se manifestaron ante la prueba de golpe de estado llevada a cabo en Ecuador.
Impíos que testean la reacción popular, para intuir qué posibilidades tienen de lograr sus objetivos, con el fin de adueñarse de los recursos que son del y para el pueblo.

La Iglesia se para al lado de la gente, en contra de la violencia y la mentira. Ella, conciente de la Palabra de Dios, afirma su rostro como el diamante.

Como escribiera el pastor Charles Tindley en 1901:
“Juntos venceremos, tomados de Su mano, venceremos”.

“Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.
Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón.
He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.
Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.
Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí.
Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.
Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte…”
Ezequiel 3.4-17

“Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. 
4:14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? 
4:15 Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: 
4:16 Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.”
Ester 4.13-16