Sin duda, la Palabra Profética dada en Plaza de Mayo el 23 diciembre de 2002, y que fuera distribuida por el CNCE (Consejo Nacional Cristiano Evangélico, compuesto por todas las federaciones evangélicas) por medio del libro Dios y la Patria lo demandan, nos ha asombrado con su cumplimiento hasta el día de hoy.
Sin embargo, ella tiene mayor contenido.
Debemos recordarla:
“Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en medio del día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a los que andan errantes. Moren contigo mis desterrados, oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador; porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la tierra. Y se dispondrá el trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio, y apresure la justicia.” Isaías 16.3-5
Los acontecimientos que traspasan el alma de nuestra sociedad, dejando ver los pensamientos de muchos corazones, nos obligan a tomar una posición.
Los desterrados, quienes perdieron su tierra o fueron arrancados de ella, debiendo marcharse para vivir errantes, deben ser el foco de nuestro amor, pasión y trabajo; sean Qom, bolivianos, paraguayos, argentinos o de cualquier pueblo. Son vidas, almas, personas, ¡¡¡HIJOS DE DIOS!!!
Debemos oir atentamente el mandato de Dios y llevarlo a cabo en forma urgente:
1. Reunir consejo, hacer juicio
2. Hacer crecer nuestra sobra para cobijar a muchos
3. ESCONDER A LOS DESTERRADOS
4. NO ENTREGAR A LOS QUE ANDAN ERRANTES
5. SER ESCONDEDERO PARA ELLOS DE LA PRESENCIA DEL DEVASTADOR
EL ATORMENTADOR, EL DEVASTADOR, EL PISOTEADOR FENECERÁ, TENDRÁ FIN, ¡¡¡SERÁ CONSUMIDO DE SOBRE LA TIERRA!!!
Y con él caerán todos los que se unieron a su impiedad.
¡¡¡PRONTO LLEGA LA JUSTICIA DEL CRUCIFICADO!!!
Cuando creímos que esta Palabra ya había sido vivida en tiempos ya superados, ella vuelve con una intensidad y una potencia impresionante.
Debemos agigantar nuestra sombra y cobijar a la mayor cantidad de vidas, de desterrados.
Proteger a los errantes. Amar con profundidad, en forma práctica.
ES LA HORA DE LEVANTARNOS COMO PANES DE CEBADA ECHADOS A RODAR POR LA MANO DE DIOS.
Como el Samaritano.
Aún cuando la señal sea contradicha.
Aún cuando veamos los pensamientos de corazones insensibles.
Con la pasión y consagración de la militancia de Ana: 84 años de servicio a Dios y su pueblo.
Usando las armas de nuestra milicia, no carnales.
Poderosas en Dios para destruir fortalezas, derribar argumentos y altivez.
Llevando cautivos los pensamientos al amor de Jesús.
“Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.” Lucas 2.34-37
“Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.” 1era de Corintios 10.1-6
*Nota: nadie tiene obediencia perfecta, por lo tanto nadie castiga
“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25.34-40