Buenos Aires, setiembre de 2011
DECLARACIÓN DEL CENTRO CRISTIANO NUEVA VIDA
Ante las controversias suscitadas por la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario y el futuro tratamiento de las Leyes de Aborto Voluntario y de Despenalización de la Tenencia de Drogas para Consumo, queremos hacer saber nuestras posturas.
Creemos en el poder de Dios manifestado a través del Evangelio para redención de las personas, razón por la cual, levantamos la bandera del evangelismo como el camino de transformación de todo ser humano.
La ley civil se define a sí misma como “un mínimo de ética”; el escalón inferior de respeto que procura la convivencia pacífica.
Ella no tiene poder para redimir, ni para transformar, solo regula las relaciones interpersonales y sociales.
El Evangelio es transformador de las personas y, por ende, de las comunidades.
Por esta razón, trasciende por sobre toda legislación que ha regido sobre los pueblos de la tierra a lo largo de la historia.
Muchas legislaciones han caducado cayendo en el olvido, sin embargo, el Evangelio sigue más vigente que nunca.
Creemos en el poder liberador del evangelismo, la paciente y sanadora labor pastoral, la forjadora tarea del magisterio de las enseñanzas de Jesús y la rectora obra profética que afirma y rectifica rumbos, generando una identidad redimida.
Esta es, y así lo creemos, vivimos y predicamos, la tarea apostólica de la Iglesia, primaria e indelegable razón de su existencia.
Respondiendo a nuestro llamado, vivimos consagrados al cumplimiento de la Gran Comisión que nos legó nuestro Señor Jesús.
Concientes de nuestra vocación, desestimamos toda postura, que por ideología, cultura o pensamiento, nos distancie de los diferentes colectivos que conforman nuestra sociedad, pues el amor por ellos y el anhelo de que el evangelio redentor alcance sus vidas, supera toda barrera, por alta que esta sea.
Sostenemos la Ley divina y las enseñanzas de nuestro Señor Jesús como las reglas de nuestra fe y conducta, comprendiendo que las mismas no pueden ser impuestas por medio de leyes civiles a la sociedad, que aún no ha dado el paso de conversión.
Seguros de nuestra identidad inalterable, nos acercamos a todos tal como lo hizo nuestro Señor Jesucristo cuando anduvo entre los hombres, narrado en el evangelio según San Marcos 2.15-17* y como también lo expresara claramente el Apóstol San Pablo en 1ª de Corintios 9.19-23**
Sin embargo, ante las controversias y la gran diversidad de posturas eclesiásticas, queremos hacer públicas nuestras creencias:
- Sexualidad: Creemos que Dios creó al hombre y a la mujer dándoles una identidad sexual clara y definida que los lleva a relacionarse entre ellos de una forma única y maravillosa coronada con el inigualable potencial de la procreación.
- Aborto: Defendemos la vida en todas sus instancias desde su concepción.
- Drogas: Luchamos fervientemente contra todo tipo de adicción, creemos en la libertad con que Cristo hace libre a todo ser humano.
- Libertad de conciencia: Somos defensores acérrimos del libre albedrío con el cual Dios nos creo, por lo tanto, respetamos las decisiones de cada persona, por lejanas u opuestas que estas puedan ser a nuestras convicciones y forma de vida.
- Leyes civiles: Entendemos que la legislación de los países pueden diferir de la Ley de Dios, por lo tanto, diferenciamos entre delito y pecado. Entendemos que no todo lo que la ley acepta es santo, ni todo lo que ella prohíbe es pecado.
- Diversidad: Creemos en la maravillosa amplitud de opiniones que tenemos en el seno de la Iglesia, por lo tanto, respetamos sin descalificar la opinión de todos, haciendo de igual forma respetar nuestro pensamiento. No creemos en conceptos absolutistas, ni en verticalismos episcopales, sino en la comunión conciliar que nos une en el marco de la libertad y el respeto. Lejos de ser un defecto, la diversidad es una virtud de la Iglesia que además se transforma en una herramienta evangelística pues abraza a toda la gente.
- Dialogo: Auspiciamos el diálogo dentro y fuera de la Iglesia, procurando todo acercamiento que lo promueva. Nos oponemos a toda clase de manipulación y corporativismo de cualquier índole.
- Iglesia y Estado: Sostenemos la total y absoluta separación entre Iglesia, religiones y Estado. Nos oponemos a todo tipo de subsidios estatales para cualquier religión, salvo cuando este sea para el desarrollo de planes sociales y/o educativos en un pie de absoluta igualdad con cualquier institución de nuestra sociedad que cumpla los mismos objetivos. Nos oponemos a cualquier malversación de los mismos. Creemos que toda religión e institución religiosa debe ser sostenida única y exclusivamente por sus fieles y adherentes.
- Iglesia y Política: Por pertenecer al Reino de los Cielos, donde tenemos nuestra ciudadanía, y no creyendo en la instauración de un reino teocrático terrenal, sostenemos que las únicas razones de intervención institucional de la Iglesia en el ámbito de la política partidaria y las instituciones son:
· La defensa y el cuidado del pueblo.
· La labor pastoral para con los individuos que participan en política y en las instituciones.
· La labor profética, que la hace portadora del mensaje divino, específico para nuestro pueblo y su dirigencia en este tiempo.
El posicionamiento de los actores políticos y las instituciones en referencia a la misma determinan nuestra postura ante ellos en tiempos en los que el cumplimiento de las profecías bíblicas de los últimos días se ha acelerado.
Habiendo aclarado nuestras posiciones para poner fin a las muchas y tergiversadas versiones existentes, nos volvemos a nuestro trabajo evangelístico-pastoral, esforzándonos en el magisterio y sosteniendo permanentemente una voz profética probada por más de 20 años de frutos incuestionables.
Saludamos a toda Iglesia del Señor en nuestra amada Argentina y alrededor de toda la tierra con la paz de nuestro Señor Jesús.
Somos uno en diversidad.
En nombre del Cuerpo Pastoral del Centro Cristiano Nueva Vida, quien aprobó este documento por unanimidad:
* “Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.
Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?
Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.
Evangelio según San Marcos 2.15-17
** “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.
Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él”.
1ª de Corintios 9.19-23
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