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REFLEXIÓN | PASTOREAR ES MÁS COMPLEJO QUE LEGISLAR

By 8 noviembre, 2011diciembre 13th, 2014No Comments

LA LUCHA POR EL PREDOMINIO EN POSTURAS POLÍTICAS, MUCHAS VECES, INVISIBILIZA EL VERDADERO PROBLEMA QUE ENFRENTAMOS.

CAMINAR JUNTO AL PUEBLO Y ESCUCHARLO HACE QUE DESCUBRAMOS LOS VERDADEROS PROBLEMAS.

NIÑOS QUE LLORAN POR HABER SIDO VEJADOS, FALTA DE EDUCACIÓN SEXUAL POR MORALINAS SON RAÍCES TÁCITAS QUE CONDUCEN AL DOLOR DEL ABORTO.

OPINAR Y JUZGAR ES MUY FÁCIL, LEGISLAR ES MÁS SIMPLE QUE PASTOREAR CONVIVIENDO ENTRE LÁGRIMAS.


Comprometernos pastoralmente con la realidad de nuestra comunidad, la vida de la gente, nos lleva a escenarios complejos.

Mucho escuchamos en estos días sobre legislaciones que parecieran determinar la conducta de las personas, como si estas signaran la historia.

Dramatizaciones lejanas del centro de la problemática sostienen lo que por décadas ha demostrado ser ineficaz para luchar contra la muerte.

Analizar la realidad nos demuestra que dichas normas son violadas por la gente sistemáticamente, legislaciones que quedan en desuso por la lejanía que tiene con la vida cotidiana del pueblo.

Un ejemplo es el tema del aborto. Poco y nada se habla de la iniciación sexual de los niños y mucho menos del no cumplimiento de la Ley que obliga a los colegios a dar educación sexual en las aulas.

Un altísimo porcentaje de nuestra infancia es violada en el seno de sus hogares, siendo abusados por sus parientes. Heridos, comienzan un camino para el cual todavía no están maduros. Sin ayuda, sin consejo, frustrados, cohibidos o desenfrenados, de acuerdo a cual sea su reacción ante el dolor, avanzan creyendo que la práctica da conocimiento.

Entonces, se generan problemáticas indeseadas: contagios de ETS, transmisión de VIH y/o embarazos no deseados, que cuando no encuentran la contención familiar, social o pastoral, terminan en abortos que, además de la muerte del bebé, por la clandestinidad en que se realizan, desencadenan también la muerte de la madre por infección o hemorragias.

Ese es uno de los temas más crueles que nos toca afrontar.

Ir a la raíz del problema y buscar su sanidad y también la prevención son las acciones maduras a afrontar.

Las discusiones de moralidad filosófica o religiosas no sanan ni ayudan, solo distraen y, en algunos casos, sosiegan el alma culpable de quienes creen haber hecho algo con una simple manifestación.

Recuerdo una de mis primeras consejerías en Villa Tranquila: una madre indignada, un esposo borracho y una nena de 11 o 12 años. La mujer me dijo, “ahí está mi hija embarazada de mi esposo” , quien era el padre de esa chica. Miré a la nena, y ella con ojos inocentes, me preguntó: ¿cómo es que tengo un bebé en la panza…?

Con mis 18 años recién cumplidos miraba a esa chiquita mudo, sin palabras…

Pastoralmente, entrar en la problemática de la gente es duro y mucho más difícil que legislar.

Berrear por las calles ante las cámaras de televisión no soluciona el problema de la gente.

Abortistas y antiabortistas pelean, se insultan, condenan y ridiculizan entre sí, pero a la vuelta de la esquina, niños lloran sin entender porqué su inocencia fue destrozada.

Seguir con tazas de abusos infantiles que superan el 50%, y en algunas zonas llegan a ser del 70% de nuestra sociedad, es una vergüenza inadmisible.

Soportar prelados condenados por violaciones a menores, sueltos en la calle y defendidos por las cúpulas religiosas, que no soportan a otro par que opine lo contrario sobre otros tópicos sexuales.

Ser un violador es comprensible para ellos, pero no expresan comprensión ante alguien que piense o viva en forma diferente al SAGRADO DOGMA.

La respuesta es evidente, a quien piensa diferente lo espera el destierro y la excomunión, en tanto que a genocidas y pederastas se los defiende manteniéndolos en pleno ejercicio de sus funciones sacerdotales.

A esta actitud le suman la sistemática y silenciosa forma de impedir la educación sexual en los colegios, condenando por moralinas a muchos adolescentes y jóvenes a la transmisión de VIH, el contagio de ETS y a embarazos no deseados.

SI ESTAMOS A FAVOR DE LA VIDA ES IMPERIOSO LUCHAR CONTRA LA PEDERASTIA.

DEBEMOS LOGRAR QUE SE CUMPLA LA LEY DE EDUCACIÓN SEXUAL QUE AYUDE A LA PREVENCIÓN.

ES HORA DE DEFINIRNOS, NOS UNIMOS AL PUEBLO O A LOS MACARRAS DE LA MORAL.

CAMINANDO CON EL PUEBLO LO ENTENDEMOS Y CON AMOR RUMBEAREMOS JUNTOS HACIA LA VIDA.


Cuando llegamos tarde con la prevención, evitar un aborto nos liga por 15 o 20 años a las vidas involucradas, ya que la soledad de niñas que crían bebés demandan que asumamos el cuidado y la crianza de las dos criaturas, el bebé y su madre.

Abandonarlas en ese estado es el mayor salvajismo que se puede cometer.

La lucha pro o contra una legislación solo es admisible cuando esta cercena derechos o condena compulsivamente al pueblo a someterse en esclavitud.

Cuando las leyes le otorgan al pueblo derecho a decidir NOS CONFRONTAN A LA REALIDAD DE NUESTRA GENTE.

No significa que hemos alcanzado la perfección, pero sí, estamos frente a la LIBERTAD.

Ella permite que la mujer y el hombre decidan, para bien o para mal, tal como fuimos creados, libres.

Será benéfica o perjudicial de acuerdo a las decisiones que cada uno toma en ejercicio de esa libertad.

Para quienes concientes de las heridas que rasgan el alma defendemos la vida a ultranza, la tarea se multiplica luchando contra la pedofilia, llevando también la educación sexual que es preventiva de tantos males a todos y arropando con cobijo a quienes ya sufren por las vejaciones, el contagio o por las consecuencias no deseadas.

NO MÁS MUERTE.

NO MÁS HIPOCRESÍA.

MÁS COMPROMISO CON LA VIDA.

MÁS SINCERIDAD ANTE LA REALIDAD.

MÁS CONSAGRACIÓN, SOLIDARIDAD Y ENTREGA.


Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.

Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” Gálatas 5.1-3

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.

No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal“. Romanos 12.2-3 y 20-21