Evangelizar es dar la semilla sin maceta.
Cuando hables de JESÚS, no impongas tu cultura, religiosidad, pensamiento, gustos, frustraciones o forma de vida.
Dejá que la gente plante la semilla dónde, cuándo y cómo quiera.
Te asombrarás de la obra que el ESPÍRITU SANTO hará.
Ayer, un amigo del alma me comentó este pensamiento que leyó en una revista Certeza de los años 70.
Tenemos que volver a las fuentes y simplificar el camino para que la gente se encuentre con JESÚS, despojando nuestra comunicación y nuestra vida de todo legalismo.
Hace años, hicimos una campaña con el lema “JESÚS, UNA FORMA DE VIVIR”. Pasado el tiempo, alguien –sin pedir el más mínimo permiso para usar el diseño– modificó la gráfica y la corrigió conforme a su absolutismo: “JESÚS, LA FORMA DE VIVIR”.
Cuando lo consulté acerca del atropello y los cambios, me contestó con seriedad: “Porque JESÚS es LA forma de vivir”… Lo miré con resignación y, tras un largo suspiro, le respondí: “La intensión es comunicar que JESÚS es una forma de vida, no una religión; existen muchas formas de vivir, no solo una”.
Las macetas limitan y condicionan el crecimiento de las plantas…
Hay muchas macetas, es hora de dar solo la semilla…
TEXTO BÍBLICO
“Escuchen bien esto: Un campesino salió a sembrar trigo. 4Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.
Otras semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Como la tierra era poco profunda, pronto brotaron plantas de trigo. Pero las plantas no duraron mucho tiempo. Al salir el sol se quemaron, porque no tenían buenas raíces.
Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, ahogaron el trigo y no lo dejaron crecer. Por eso, las semillas no produjeron nada.
En cambio, otras semillas cayeron en buena tierra, y sus espigas crecieron muy bien y produjeron una muy buena cosecha. Algunas espigas produjeron treinta semillas, otras sesenta, y otras cien.”
Marcos 4.3-8 (TLA)