El enemigo puede hacer mucho, pero cuando estamos preparados, TODO DEPENDE DE NOSOTROS.
¿Hablamos de fútbol?
Prestá atención y…
¡¡¡VAMOS ARGENTINA!!!
¡¡¡VAMOS ARRIBA LOS SUDACAS!!!
¡¡¡UNIDOS EN LA PATRIA GRANDE!!!
“Sólo vivirá segura la gente que es honesta y siempre dice la verdad, la que no se enriquece a costa de los demás, la que no acepta regalos a cambio de hacer favores, la que no se presta a cometer un crimen, ¡la que ni siquiera se fija en la maldad que otros cometen!
Esa gente tendrá como refugio una fortaleza hecha de rocas; siempre tendrá pan, y jamás le faltará agua.”
Veremos al Rey en todo su esplendor; veremos un país tan grande
que parecerá no tener fronteras.
Y cuando se pongan a pensar en el miedo que sentían, dirán:
¿Y dónde han quedado los que nos cobraban los impuestos?
¿Dónde están los contadores
que nos cobraban tanto dinero?
Ya no volverán a ver a ese pueblo tan violento, que hablaba un idioma tan difícil y enredado que nadie podía entender.
Fíjense el templo y nuestra ciudades: ¡allí celebraremos nuestras fiestas!
Será un lugar tan seguro como una carpa bien plantada, con estacas bien clavadas y cuerdas que no se rompen.
¡Allí Dios mostrará su poder!
Tendremos ríos muy anchos, pero los barcos enemigos no podrán pasar por allí.
Dios es nuestro Juez y nuestro Rey.
¡Nuestro Dios nos salvará!
Las naves de los poderosos tienen flojas las cuerdas, su mástil tambalea y no sostiene su bandera.
Sus enemigos, y hasta los cojos, les quitan todas sus riquezas.
Dios perdonará nuestros pecados.
Ninguno de ellos volverá a decir: “Siento que me muero”.”
Isaías 33. 15-24 (TLA adaptada)