Liberados de aquello que nos tortura, podemos enfocarnos en las nuevas vivencias que nos aguardan. Pero ¿cómo sanarnos si no sacamos fuera nuestro dolor?
El pasado, que oprime y aplasta, impide respirar.
Romper el hielo que aísla la semilla pretendiendo dejarla estéril, nos prepara para avanzar aferrados a la vida con pasión.