pensiones

Hoy, al levantarme, leí Proverbios 26.23-28.

“Como escoria de plata echada sobre el tiesto son los labios lisonjeros y el corazón malo.
El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón.
Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la comunidad.”

Luego, leí la nota de Clarín sobre las pensiones no contributivas.
Mi corazón se estrujó de dolor y apreté mis ojos llenos de lágrimas y de bronca por tanta maldad.

Quiero advertir a quienes hacen maldad en forma de ley lo que dice el final del proverbio:

“El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, y la boca lisonjera hace resbalar.”

Alejados de Isaías 16.3-5 –palabra que les fue ministrada en intensidad a quienes toman estas decisiones– están cavando fosos, en los cuales caerán; con palabras suaves siguen profundizando “la grieta” que, en realidad, es una herida profunda en el alma de nuestro pueblo.

Cuidado con el síndrome de Hubris* que incuba la lengua lisonjera. Burbuja mentirosa de medios que blindan y acarician alejando de la cruel realidad a quienes creen sus mentiras.

PARA ENTENDER CLARAMENTE DE QUÉ LADO ESTÁ JESÚS:

“¿Se juntará contigo el trono de iniquidades que hace agravio bajo forma de ley? Se juntan contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente.
Mas Dios me ha sido por refugio, y por roca de mi confianza. Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los destruirá en su propia maldad; los destruirá Jehová nuestro Dios.”
Salmo 94.20-23
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PROMESA PARA LOS QUE SUFREN
ES TIEMPO DE CLAMAR Y TOMARSE DE LA MANO DE DIOS

“Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
sobre ti fijaré mis ojos.
Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.”
Salmo 32.6-8 y 10 (RV1960)
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* Síndrome de Hubris