Si en los momentos más tristes y dolorosos de la historia de nuestra patria esta Palabra fue la estrella que nos sacó del abismo… es hora de meditar en ella y reaccionar haciendo lo que ella nos demanda para recibir lo que ella nos promete. Latente, sigue viva, solo hay que activarla con fe y amor por el prójimo.

“Reúne al consejo y toma una decisión. Extiende tu sombra y convierte en noche el mediodía; esconde a los desterrados, no entregues a los que huyen. Permite que mis desterrados vivan en Moab; sé para ellos un refugio ante la destrucción. Porque la opresión llegará a su fin, y el que ahora ultraja desaparecerá de la tierra. El trono se afirmará en la misericordia, y sobre él reinará con la verdad, en la casa de David, el juez que busque hacer justicia y dar prioridad al derecho.”
Isaías 16.3-5 (RVC)