La Biblia nos enseña que debemos hacer peticiones, oraciones y súplicas por toda la humanidad, incluyendo a los gobernantes, para tener una vida tranquila con piedad y digna. (1)
Orar por ello no determina posición alguna sobre las políticas que se lleven adelante.

Ayer, la mayoría de nuestro pueblo tomó una decisión, todo un mensaje que debemos entender.
El mismo es un recado tácito hacia Dios, una plegaria contundente, pues es un manifiesto de vida.

Nuestra lectura del Evangelio, una de las muchas existentes dentro de la comunidad cristiana, determinan nuestra vocación por la solidaridad, la equidad y el amor al prójimo.
Los mensajes expresados durante la pasada campaña política nos alarman y, para no prejuzgar, aguardamos las futuras medidas del gobierno electo, no sin manifestar que nuestra postura en favor de las y los más necesitados es irrenunciable.

Para nuestra comunidad, este es un año de Resurrección, en el cual recibimos el renuevo del Espíritu Santo, generando un camino seguro y sencillo para que muchos se encuentren con el Señor. Recibiendo redención, acrecentando nuestra fe y eliminando todo prejuicio, llegamos al 4º trimestre en el que somos desafiados a crecer veloces en medio del caos. Creo que esta Palabra, recibida el 15 de noviembre de 2022, describe a la perfección el momento que atravesamos.

Nuestra guía para el quinquenio 2021-2025 agudiza la descripción del caos a través de los textos de Daniel 9 y Hechos de los Apóstoles 19.29-32. La intervención divina por medio de un avivamiento, como el que relata Hechos de los Apóstoles 19.1-22, y los ríos del Espíritu Santo de Juan 7.33-39, conducen a la liberación del pueblo tal como relata Miqueas 2.12-13.

Jesús oró por nosotros y eso nos da seguridad (2), por eso, debemos echar nuestra ansiedad sobre Él, pues nos cuida (3).

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(1) 1 Timoteo 2-1-4 DHH
“Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.
Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.”

(2) Juan 17.9, 11, 13, 15-16, 18 y 20 DHH
Yo te ruego por ellos; no ruego por los que son del mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. »Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo.
Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. »Ahora voy a donde tú estás; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo.
Como me enviaste a mí entre los que son del mundo, también yo los envío a ellos entre los que son del mundo.
No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos.

(3) 1 Pedro 5.6-7 RV1960
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

JESÚS VUELVE y, aunque desconocemos la hora, el día y la forma, sabemos que también retorna en cada milagro llenando las vidas de misericordia, paz, amor y justicia. Somos Su cuerpo, Él está presente entre la gente con todo el poder pentecostal para la liberación integral del pueblo, la cual no depende de factores humanos sino divinos.
Vivimos de campaña en campaña, viendo la gloria de Dios.

“¡Cristo viene en las nubes!
Yo soy el alfa y la omega,» dice el Señor, el Dios todopoderoso, el que es y era y ha de venir.
Apocalipsis 1.7-8 DHH


Por eso, como decía el bueno de Mauricio López:

“¡No me la merme, sursum corda los corazones!”